sábado, 30 de noviembre de 2013

Latinoamérica


En América Latina la influencia francesa era fuerte y resultaba una especie de modo de distanciarse de la experiencia norteamericana y del legado colonial de España. El surrealismo tuvo buena acogida en el continente por su aspecto emocional, primitivo e irracional. Dos grandes referentes de este movimiento en la región fueron el chileno Roberto Matta y el cubano Wilfredo Lam.




La jungla del pintor Wilfredo Lam, una de sus obras más conocidas.

Se ha dicho en incontables ocasiones que La jungla es una especie de “viaje a la semilla”, estableciéndose cierto paralelismo con el poemaCahier d’un retour au pays natal (1939) del escritor martiniqueño Aimé Césaire, que, como Lam, fue admirado por André Breton, quien además presentó a ambos artífices caribeños cuando los dos -Lam y Breton- recalaron en Fort-de-France tras la salida de Francia el 25 de marzo de 1941. En ambas figuras, tal vez observaba el patriarca del surrealismo una natural predisposición a crear una dimensión otra en sus respectivas obras, más allá de una racionalidad moderna, que sin embargo estaba anclada en los lenguajes de las vanguardias europeas, pero donde la alusión al universo trascendental, mítico y mágico, de las culturas afrocaribeñas determinaba la representación de una zona fronteriza entre lo real y lo imaginario, plagada de las visiones alucinantes que tan sugerentes resultaban a los acólitos del surrealismo.

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